El guiño del día

Imaginad, son las ocho menos diez de la mañana, con el frío en negativos y la calle semidesierta. Camino medio encogida en dirección al trabajo, a mi derecha detecto la silueta de un trabajador de limpieza del ayuntamiento. La cara cubierta con un pasamontañas, la gorra bien calada, también encogido aunque algo menos, porque la actividad física le ayuda a calentarse.
De repente, al pasar junto al funcionario, éste levanta la voz para decir:
-¡Eh...! ¡Túuuuu! ¿Dónde te crees que vas?
Yo acierto a mirar alrededor sin sacar el cuello del abrigo, pero no hay nadie más en la calle. Entonces giro la cabeza hacia el barrendero...
Y evidentemente no era a mí a quien le hablaba. El hombre, encorvado y con la mirada en la calzada, recoge una hoja revoltosa que pretendía escaparse del montoncito que tenía tan bien recogido.
Y me ha hecho sonreir.

Comentarios

  1. Una sonrisa por la mañana, qué bien !!! A mi también me ha hecho sonreir

    Ana

    ResponderEliminar
  2. Que bueno empezar el día con una sonrisa, y si no es así, lo mejor es evocar algún recuerdo hermoso, hasta que compruebes que se te ha colgado una risa en la boca, aunque sea pequeñita. Gracias Paula por estar ahí y recordarnos momentos así. Besos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Comenta, que algo queda

Entradas populares de este blog

Pequeños Misterios: Relato de Fan-Fiction

Junto a la hoguera

Alexa