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Mostrando entradas de noviembre, 2011

Una pequeña primicia

Llevo tiempo dándole vueltas, muchas vueltas. Lo he corregido tantas veces y hay tantas versiones por ahí circulando, que ya ni siquiera se parecen entre ellas. Pero por fin parece que lo voy teniendo claro: Voy a editar mi primer libro de poesía en solitario. Seguramente, si todo sale según los cálculos podría estar en las librerías para la primavera. Aunque si por algún motivo se retrasa, septiembre también podría ser una buena fecha. Sé que posiblemente es una locura sacar un libro de poesía en los tiempos que corren, pero una buena amiga me dijo una vez algo que no se me quita de la cabeza: Tú no tienes derecho a guardarte eso. Y probablemente tenga razón, porque si hay una sola persona, que pueda disfrutar leyéndolo, alguien a quien sea capaz de tocarle dentro con mis palabras, o una única persona que pueda emocionarse con alguno de los poemas, yo no tengo ningún derecho a ponerme por medio. Y de momento poco más puedo deciros. Bueno sí, que he puesto muchísimas emociones y mu

50 Seguidores, 50 millones de gracias

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Esta semana he llegado a la bonita cifra de 50 seguidores, y quiero daros las gracias por estar ahí, al otro lado. Todavía flipo cuando veo que la gente llega a mi blog desde lugares como Rusia o la República Checa, que algun@s hasta repiten, y que much@s tenéis además el detallazo de dejar vuestra opinión, vuestro granito de arena para que esto tenga mucho más sentido. Pues eso, que muchísimas gracias, y para celebrarlo os mando un abrazo en forma de canción ya que no os lo puedo dar en vivo un@ por un@.

El juego de la historia

Misteriosa, del blog Los que vamos contra corriente, ha propuesto un juego que puede ser divertido. Se trata de escribir un relato entre todos. Las bases las podéis leer aquí , y si os animáis solo tenéis que dejar un comentario en la entrada original del blog de misteriosa y poneros manos a la obra. No hace falta tener blog para participar, y la verdad es que lo mejor de estos juegos es lo bien que se lo pasa uno cuanta más gente participa. Así que os animo a alimentar esta historia a ver hasta donde nos lleva. Os pongo el relato completo. La parte en color violeta es la mía. Una vez más, Teresa se acercó a la playa. Su cerebro era un hervidero de ideas, de sentimientos, toda ella estaba en una especie de nebulosa en la que no sabía qué hacer, cómo seguir... Sabía que era imposible, sabía que no tenía futuro, sabía que no podía ser. Pero a pesar de ello... su corazón la seguía empujando allí, hacia él. El era un ser humano maravilloso, amable, atento, detallista, y ella se sentía

Entre la cebada había un hombre

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Entre la cebada había un hombre. Sentado, con la barbilla apoyada en las rodillas y la mirada en el horizonte. No sabría precisar su edad, en algún punto entre los treinta y cinco y los cincuenta. El pelo manchado de canas desordenadas, la barba mal afeitada, una camiseta arrugada de un color pardusco, que tal vez algún día fue negro, y un vaquero raído de color azul desleído. Abrazaba sus piernas con ambas manos. Es posible, que a pesar del calor de aquel mes de junio, tuviese algo de frío. En el aire flotaba el olor a tierra mojada. A veces las espigas rozaban su cara, y cuando se mecían parecía que estuviesen acunándole. Tal vez la brisa silbase como una nana. O tal vez, allá adentro, solo escuchase el silencio. Entre la cebada había un hombre, y yo no podía imaginar qué podía hacer aquel hombre sentado en la tierra, como si esperase a echar raíces de un momento a otro. Tampoco podía imaginar, que aquella mañana, el hombre se había levantado al rayar el alba, que se habí