La indefensión aprendida... o adiestrando elefantes

Muy sutilmente, con cada palabra que escuchamos en el telediario, en el debate de la radio, en el editorial del periódico. Casi sin darnos cuenta, con hachazos legislativos, con la indiferencia como arma de contención masiva. A través de ripios y eslóganes que nos inoculan y que repetimos como quien recita la lección del colegio... así nos van adiestrando.

Estamos programados desde la cuna para asumir la derrota. Las personas, como cualquier animal de la naturaleza con un mínimo de memoria y una mínima capacidad de asociar ideas, somos fácilmente manipulables.

En el último año y medio, hemos pasado de estar indignados a estar resignados con una naturalidad pasmosa. Estamos tristes, frustrados también, pero sobre todo amedrentados. Tanto que se nos olvida que seguimos teniendo una parte importante del poder en nuestra mano. ¿Pero qué valor puede tener el hecho de que seamos, como dicen por ahí, el 99% si estamos perfectamente amaestrados?

Cada vez que escucho a alguien decir aquello de: 

No sirve para nada
                                
                                 Nada va a cambiar

me acuerdo del cuento de Jorge Bucay que hablaba sobre el elefante encadenado.




A veces, es suficiente con hacernos creer en algún momento que no somos capaces de hacer algo... para que no volvamos a intentarlo.


No sirve para nada
                                
                                 Nada va a cambiar,

Y todo esto me trae a la memoria otro vídeo que llegó a mí hace unas semanas y que me dejó un escalofrío en el cuerpo y unas ganas terribles de compartirlo. Trata sobre la indefensión aprendida, y lo fácil que resulta inducirla cuando se goza de una posición de privilegio para hacerlo.

El vídeo está en inglés con subtítulos, y realmente merece la pena verlo hasta el final





Tengo por costumbre quejarme, protestar, gruñir y refunfuñar cuando algo no me gusta. Pero lamentablemente, siento que la educación, prácticamente desde que nacemos va por otros derroteros. Queremos niños que no lloren, que duerman doce horas del tirón desde los primeros meses, que no se expresen con rabietas cuando no son capaces de hacerlo a través de las palabras, que estén callados cinco horas al día en el colegio, que se mantengas callados y bien sentados cuando vamos de visita, que no se ensucien ni se despeinen.
Queremos empleados que cumplan las normas sin cuestionarlas, que no piensen demasiado ni expresen opiniones contrarias a la estrategia de la dirección de la empresa.
Queremos ciudadanos que no se manifiesten en las calles, ni adopten ningún tipo de protesta o rebelión. Que no se organicen, ni promuevan boicots, aunque sean justos, ni utilicen su poder como consumidores, y la visibilidad que da internet para hacerse fuertes.

Y como esa es la sociedad que queremos quieren, no hay nada como atarnos a la estaca del miedo y del desamparo, o hacernos sentir estúpidos e impotentes para paralizarnos.

La próxima vez que vayas a decir eso de


No sirve para nada
                                
                                 Nada va a cambiar,

piensa bien ¿a quién estás dejando hablar a través de tus labios?

Comentarios

  1. Buenísima entrada. Es algo que llevo defendiendo desde hace mucho tiempo, más aún siendo docente, pero tú lo has sabido explicar como nadie. Felicidades.

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    1. Muchísimas gracias y bienvenido al blog. Lo cierto es que me he quedado en la punta del iceberg. Lo bueno que tiene internet es que cuando entras en un contenido una cosa te lleva a la otra, y el tema de la indefensión aprendida da mucho de sí.
      Un abrazo y nos leemos.

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  2. Muy bueno y significativo el vídeo de la clase. Y es eso lo que ocurre en la sociedad, aprendemos a sentirnos inútiles o a no luchar por nuestros derechos o por lo que queremos. Se nos enseña a asumir que no podemos romper el hilo que los mantiene atado (como la cadena al elefante). Me parece muy buena tu entrada, Paula. Y toda esta indefensión aprendida forma parte de nuestra vida. La televisión, las películas, anuncios publicitarios, series, programas, videojuegos, educación, familia... además, siempre ha sido así, pero ahora, con todos los medios que hay, pienso que es mucho más fuerte. Ahora toda esa manipulación, todos esos mensajes subliminales, se encuentran en las redes sociales, que usan muchísimo los jóvenes, yo lo veo a diario. Aunque yo conozco algunos profesionales de la educación que intentan, como esta profesora, abriles los ojos a los jóvenes, pero me parece que es muy difícil, cuando la indefensión aprendida es la base del dominio de las élites políticas y económicas del mundo, no sólo de un país o una cultura. Se da en todo el mundo. ¿Qué podemos hacer? romper el hilo, porque es muy fino, es realmente insignificante, pero esa no es la cuestión... ¿quién se atreve a dar el primer paso? lo malo es que todos miramos hacia otra parte porque "no sirve de nada", "nada va a cambiar", sigamos pues atados, y caminando sin salirnos de la linde marcada, así todo nos irá mejor. Un película muy buena, que ya hablaba de todo esto es la de "El muro" de Pink Floyd, genial. Besos

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