In-Coherencia


Acababa de salir del trabajo con esa sensación de saturación que siempre me acompaña. Alcancé aquel paso de cebra con la misma atonía de costumbre, pero aquel día algo reclamó mi atención y me distrajo de la espiral de pensamientos negativos de rutina. Supongo que esa energía incontenible, o los esfuerzos de su padre por retenerlo al filo del bordillo. Ni siquiera levantaba un metro del suelo, y yo le calculé un par de años como mucho.
Me enterneció la escena, posiblemente por las veces que yo misma la he protagonizado (no hace tanto, la verdad)
-Ahora no podemos cruzar porque el muñequito está rojo ¿ves el muñequito? pues mientras esté rojo no podemos pasar. Hay que esperar a que se ponga verde.
Frente a nuestros pies algunos coches circulaban tranquilos. No era hora de demasiado tráfico, así que pronto hubo un claro en la circulación.
Y entonces ocurrió.
Supongo que fue un acto reflejo, la fuerza de la costumbre, o tal vez algo de prisa o impaciencia, pero el padre, con su hijo de la mano cruzó aquella calle con el semáforo todavía en rojo.
Yo le observé, afectada por una crisis de coherencia que aquel hombre parecía haber dejado pasar de largo. Les vi cruzar y alejarse mientras el muñequito rojo todavía iluminaba alguna franja de la acera.
Cuando por fin crucé, ellos desaparecían por alguna esquina. Y pensé en lo duro que debe ser aprender de unos adultos que ni siquiera se acaban de creer sus propias normas.
Y es que todos lo hacemos tarde o temprano. O más bien, todos lo hacemos una y otra vez.
Hoy es un semáforo, y mañana tal vez es una promesa incumplida, una interpretación de los propios deberes o una pequeña mentira.
Y ellos, acaban reflejándose en nuestra propia inconstancia, en la laxitud de nuestras normas. Y todo acaba siendo cíclico.

Comentarios

  1. Pues sí Paula, es así... Por cierto, a ver si hoy que estoy de vacaciones y en casa, me organizo por fin para hacer la transferencia.
    Un supersaludo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Comenta, que algo queda

Entradas populares de este blog

Pequeños Misterios: Relato de Fan-Fiction

Junto a la hoguera

Alexa