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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Feliz Navidad y todo lo mejor para el 2014

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Este año decidí cumplir uno de mis deseos insatisfechos desde niña, y me matriculé en clases de piano. Después de tres meses, y consciente de mis limitaciones, me apetece felicitaros la navidad tocando un villancico exclusivamente para vosotros. Y de paso, desearos que vuestros sueños se cumplan, o al menos, comencéis a ponerlos en marcha. Recordad que nunca es tarde para hacer aquellas cosas que nos hacen felices. Y que lo importante no es a donde lleguemos, sino que sepamos disfrutar del paisaje. Felices Fiestas

Relatos en cadena (quizás mañana)

Un microrrelato más. Esta semana la frase de arranque era "Quizás mañana" lo que dejaba la puerta de la imaginación muy abierta. Entre las vías Quizás mañana, refunfuñó mientras se recomponía el vestido. Justo antes de abandonar la vía, contempló como se alejaba el tren. Pensó en aquellos otros trenes, los de las primeras veces, con su estela de humo y su correr ruidoso. Regresó a casa. Quizás mañana, se repitió esa misma noche mientras se ponía el pijama. Todo, incluso la inmortalidad, tiene sus grietas. Algún día tendrá que funcionar.

Maternidad y poesía: Miguel Hernández

Desde hace un tiempo ando dando vueltas a la idea de recopilar poemas que estén relacionados con la maternidad. He pensado que se podría hacer una exposición con fotografías e incluso se me ocurre que el nombre podría ser, robando aquel verso de Becquer, "poesía eres tú" Miguel Hernández tiene varios poemas dedicados al embarazo y a la maternidad de Josefina Manresa. Todos conocemos las nanas de la cebolla , o la canción del esposo soldado . Pero hoy traigo este, mucho más breve y para mi gusto de una gran belleza: A la luna venidera te acostarás a parir y tu vientre irradiará la claridad sobre mí. Alborada de tu vientre, cada vez más claro en sí, esclareciendo los pozos, anocheciendo el marfil. A la luna venidera el mundo se vuelve a abrir.  

Relatos en cadena (Su conciencia no podría soportarlo)

Llevo un par de semana participando en el concurso Relatos en Cadena de la SER, más como ejercicio que con la esperanza de ser seleccionada. Cada semana, se propone una frase de inicio para un microrrelato de menos de cien palabras, que coincide con la última frase del relato que resulta ganador en la semana anterior. Esta semana la frase de arranque era: Su conciencia no podría soportarlo Y este ha sido mi relato, sin suerte. Su conciencia no podría soportarlo. Tampoco el juramento hipocrático que una vez pronunció. Y aun así, no puede evitar pensar en ello cada vez que visita a su padre. Sabe que él ya no está ahí, que no es él quien respira, y se pregunta si su jadeo cadencioso sigue teniendo sentido. Pero hoy la guardia es tranquila, y la ronda le ha llevado hasta su habitación casi sin darse cuenta. Y se ha quitado la bata en el pasillo. Y le ha sujetado la mano arrugada más de lo habitual. Amanece. Ella también se fue una noche de otoño.

Paz eterna para Nelson Mandela

Son historias de hace apenas un puñado de años, y uno piensa que han pasado miles. Será porque nuestras mentes no están preparadas para comprender que alguien pueda pasar 27 años en prisión simplemente por defender la igualdad de los hombres con independencia del color de su piel. No recuerdo que nadie me hablase de Nelson Mandela en el colegio. Lo poco que sé lo escuché en canciones o lo leí después por mi cuenta. Esta fue una de esas canciones que me hicieron preguntarme qué era aquello del Apartheid, que no olvidemos que pervivió hasta principios de los noventa. Ayer mismo.   Llegar a los 95 años con la sensación de haber luchado por todo lo que uno cree, y haber ganado la batalla, debe ser increíble. Se marchó Nelson Mandela, que ya era leyenda, ayer viva, hoy en las estrellas. Pero lo que nunca se nos puede olvidar es que África todavía existe. Y que queda muchísimo por hacer.